

Todos hemos oído alguna vez que “hay que gastar dinero para ganar dinero” y que una vez conseguido esto, “hemos de ahorrar para invertir” pues bien, aún pudiendo ser ciertas ambas proposiciones, es posible que, una vez puesto en marcha su negocio, tenga más sentido “invertir para ahorrar”.

Esta última premisa puede resultar en los tiempos que corren algo contra-intuitiva y por ello, a priori, difícil de asimilar. Mas si la analizamos en el contexto del “outsourcing” o la externalización de procesos de negocio, seremos capaces rápidamente de entender su atractivo.
En muchas PYMES, resulta complicado valorar adecuadamente el tiempo de los empresarios ya que éstos acaban intentando desempeñar todo tipo de funciones, la necesidad de reducir costes acaba deviniendo paradójicamente, en un enorme “coste de oportunidad”.
Pongamos por ejemplo al empresario que dedica la mayor parte de una semana (o incluso más tiempo) a “pelearse” con manuales online con vistas a la modernización de su empresa buscando una mejor imagen y un aumento en la eficiencia y competitividad de su negocio y acaba finalmente aumentando su plantilla (poniendo en riesgo la rentabilidad de su proyecto) frustrado por lo insatisfactorio del resultado obtenido.
Pues bien, cada hora dedicada a labores que podría realizar una empresa especializada, es una hora que se podría haber dedicado a la obtención de ingresos a través de las actividades que constituyen el núcleo del negocio, las que distinguen su empresa: definición de estrategia comercial, desarrollo de producto, ventas…
Es por ello que cada vez más empresas recurren a la externalización de procesos de negocio mediante soluciones comerciales integrales, con el fin de optimizar recursos y reducir costes.
Y descubren que “invirtiendo para ahorrar”
…aumentan sus ganancias..
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